Construida en el siglo XIII y situada en el margen izquierdo del río Guadalquivir, la Torre del Oro de Sevilla sirvió en su momento como una torre de defensa que evitaba la entrada de embarcaciones enemigas a través del mencionado río mediante una cadena que unía ambas orillas. A modo de apunte histórico que demuestra la trascendencia de esta construcción, es desde aquí de donde salieron las expediciones de Magallanes y Elcano.
Más allá de lo anteriormente dicho, y sin ánimos de denostar la importancia de su carácter arquitectónico e histórico, a continuación descubrirás que pasear a orillas del Guadalquivir y admirar la imponente presencia de tan esplendoroso monumento, heredero de la tradición islámica de la ciudad, es un gozo tanto para propios como para extraños, ya sean visitantes u oriundos de Sevilla. No en vano en 1931 fue declarada Bien de Interés Cultural y Patrimonio Histórico de España.
Desde lo más alto de ella podrás disfrutar de vistas excepcionales de algunos de los rasgos más emblemáticos de Sevilla: el casco histórico de la ciudad, el río Guadalquivir, el barrio de Triana o la mundialmente conocida Giralda.
La torre, cuyo nombre parece venir dado del reflejo dorado que generaban sus azulejos, es de estilo almohade, tiene 36 metros y se divide en tres cuerpos. El primero de ellos, de forma dodecagonal, se construyó entre 1220 y 1221. El segundo, que a igual que el anterior también es dodecagonal, fue añadido en el siglo XIV. Por su parte, el tercero de estos cuerpos cuenta con una cúpula como remate y tiene forma cilíndrica. Este fue adicionado en 1760. No obstante, y a tenor de su función defensiva, la Torre del Oro encontraba sentido de conjunto en su unión con la Torre de la Plata y el Alcázar. Estas tres se encontraban unidas por murallas.
A pesar de todo lo dicho anteriormente, durante sus varios siglos de existencia, la Torre del Oro no siempre se usó con fines defensivos. A lo largo de las centurias se utilizó también como refugio, capilla, prisión e incluso oficinas. Así, siguiendo esta tradición multifuncional, a día de hoy la torre alberga en su interior el Museo Naval.
Dicho Museo se divide en dos plantas y guarda entre sus muros varios objetos y recuerdos que conmemoran el pasado de la torre, así como la historia del puerto de Sevilla, tanto en la época de influencia árabe como en su ocaso o su contemporaneidad. Es de mencionar que este enclave resultó fundamental para la reconquista de Sevilla y el Museo se encarga de recordar semejante acontecimiento. Por si esto no fuese suficiente, también se puede encontrar diversas representaciones de barcos antiguos, instrumentos de navegación o algunas de las cartas náuticas que hicieron posible el descubrimiento de América o la primera vuelta al mundo.
De esta manera, la Torre del Oro encarna la esencia de Sevilla gracias a su pasado e importancia. Una visita sólo comparable a la magnificencia de la Giralda. ¡Disfrútala!